miércoles, junio 24, 2009

Escribir, mi gran desahogo



No recuerdo cuándo comencé a escribir. Pero me encanta hacerlo. He escrito de todo desde que tengo uso de razón. Mi mamá dice que lo primero que escribí fue un poema dedicado a mi muñeca. Obviamente no lo guardo en mi memoria y mucho menos tengo registrado aquello que escribí cuando tenía apenas 7 años. Recuerdo que siempre le había pedido de regalo a mi mamá un diario. Cuando me lo regalaron, simplemente nunca supe qué escribir, hasta que soñé algo interesante con un niño que me gustaba, allí por 1994. Yo apenas contaba con 10 años, pero digamos que fue lo primero que pude escribir y que recuerdo.

Siempre se me hizo muy fácil escribir. Incluso mucho más que hablar, y eso que siempre tuve facilidad de palabra. Sin embargo, en los últimos años, mi mutismo ha ido ganando a mi elocuencia y ahora se me hace dificilísimo expresarme con propiedad. Un amigo me dice (y a veces me lo reclama) que es como si tuviera dos personalidades: la del chat, correo electrónico y todo en lo que se tenga que escribir, y la de en persona, en la que con cucharita pueden apenas y sacarme un par de palabras bien expresadas.

Cuando estoy triste, escribo. Cuando estoy feliz, escribo. Cuando estoy enamorada, escribo. Cuando odio, escribo. Cuando estoy ociosa, escribo. Escribo siempre y cuando tenga algo interesante que escribir. Hoy simplemente quiero hacerlo, a pesar de no tener una idea clara de qué es lo que quiero plasmar en estas líneas.

Tuve un blog, que aún existe, de crónicas que escribía por obligación y que debía presentar todos los lunes para un curso con Manuel Jesús Orbegozo, de quien adopté un estilo extraño para narrar lo que me pasaba. Hacer interesantes para alguien más que para mí diferentes cosas que me sucedían a diario. Sin embargo, a pesar que recibí buenas críticas del mismo, lo he tenido abandonado por más de un año. Creo que lo retomaré, y éste será mi siguiente post.

Escribir para mí, ¿qué significa? Todo y nada a la vez. Todo porque me ayuda a mostrar el lado más oculto de mi corazón, todo aquello que en persona no puedo expresar. Nada porque por lo general todo lo que he escrito está archivado en diarios, cajones y archivos bloqueados de pc’s.

Cada vez que necesito desahogarme, escribo. Por lo general escribo en lo que tenga en frente. Mi computadora del trabajo es un buen guardián de cartas a nadie que almaceno con la esperanza de que algún día lleguen a su destinatario. Tengo un fic de Harry Potter que aún no termino que también anda por aquí, además del diario personal de mi Lotus (servidor de correo), en el que escribo las desventuras diarias de una novel comunicadora en un área de seguridad.

El cajoncito de la mesa de noche alberga los poemas que en épocas de depresión absurda (por lo general, debido a mis primeros “amores” adolescentes) escribía en cuanto papel encontrara (nuevo por lo general, cuadernos universitarios, hojas que eran para exámenes, blocks y demás), además de alguna que otra tarea para el colegio y mis fics de Dragon Ball, la serie televisiva japonesa que, insisto y seguiré insistiendo así nadie me crea, marcó mi vida de tal forma que todas las historias que inventó mi cabeza y que algún día trasladaré a físico, se basan en ella.

Y mi diario. Amores, desamores, fiascos y demás están escritos con tintas de diversos colores en esas páginas olorizadas y entre las caras de Mickey y Minnie Mouse del diario íntimo que me regaló mi hermana el día de mi cumpleaños número 15. Ese diario, que más parece anuario debido a que escribo en él cada vez que me acuerdo o se me da por hacerlo, guarda más de un secreto que de llegar a manos de mi madre, terminaría en escándalo familiar.


Sin embargo, a pesar de que mi producción literaria (y no tan literaria) se podría considerar hasta abundante, no he tenido la oportunidad de compartirla con nadie más que con un selecto grupo de personas dignas de mi confianza y que incluyen algunos ex amores y uno que otro amigo que sé que apreciará mi afición.

domingo, junio 21, 2009

El regreso...

Luego de mucho tiempo me animo a volver a postear. Creo que ha pasado bastante y no es que haya dejado de escribir, sólo que no quería hacerme de un tiempo para publicar lo escrito.

En estos años me han pasado muchas cosas, y algunas de ellas están plasmadas en historias cortas que podrán leer. A partir de hoy...