jueves, julio 16, 2015

¿Por qué no pienso como las otras chicas?


Hace un par de noches, luego de un pequeño after office con mis nuevas amigas de la chamba, terminamos en casa del jefe tomando y conversando hasta las dos de la mañana. Entre risa y trago, terminamos tocando varios temas relacionados a lo que él pensaba sobre la forma de razonar de las chicas. La anécdota que nos contó es casi lo mismo que he visto como cliché en muchos lados: las flacas van a un tono, se dejan afanar e invitar tragos, pero no ceden ante el muchacho afanador, y terminan tomando gratis a expensas de un iluso. Otra fue: Invitar a todas las flacas a tu casa, que se emborrachen, terminen muy mal y varios etc. Todo eso, hasta el momento, no me ha pasado. ¿Por qué no pienso igual que otras chicas?

Creo que no es la primera vez que escucho generalidades sobre el comportamiento femenino en las cuales no me siento incluida. He visto llegar a un montón de chicas a discotecas, en grupos, ultra producidas y entaconadas, enfundadas en cortas minifaldas (así sepan que no las lucen bien), bailar, emborracharse, terminar chapando a uno que otro fulano que quién sabe lo que buscarán en ellas. He visto cómo las chicas mueren por comprarse la ropa de moda, por tener la tacuela que combine con la cartera. Los clichés femeninos se repiten y repiten en revistas como Cosmopolitan o Vanidades. Y son precisamente eso, vanidades.

¿Qué quieren realmente las mujeres? ¿Las mujeres reales y que no viven en una caja de cristal?

Qué es lo que quiero yo:
  • Quise terminar mi carrera y buscar un crecimiento constante sin dejar de aprender. Lo hice, lo hago y lo seguiré haciendo.
  • Quiero comprarme un departamento, en el que con mi colección de tragos en mi bar, pueda disfrutar de mi soledad acompañada de una buena copa de vino.
  • Quiero comer sin engordar, disfrutar cada bocado de la comida que aún no sé cocinar.
  • Quiero caminar por la calle sin que algunos hombres me hagan gestos obscenos ni me piropeen. Y eso que mi vestimenta es lo menos femenina (camisa, jean y zapatillas tienen cero de provocativo).
  • Quisiera no tener que peinarme todas las mañanas, pero tengo que hacerlo. Creo que mi cabello es lo más lindo que tengo (y eso que ahora anda muy corto).
  • Quiero comer toda la comida chatarra que quisiera sin tener que sufrir por los barritos de consecuencia (ni las llantitas).
  • Quisiera poder caminar todos los días al trabajo, pero lo peligroso que hoy resulta caminar en Lima, hace que este deseo sea un poco difícil de cumplir. Igual camino cuando puedo.
  • Quisiera tener algún tipo de afición, como la tenía de adolescente y mi fascinación por el anime japonés. No hubo otra serie que lograra eso conmigo como Dragon Ball.
  • Quiero conversar más con mis amigas, y creo que eso sólo depende de mí (lo siento, soy una persona solitaria por naturaleza).
  • Quisiera no llorar tanto ni ponerme tan sensible cuando me viene la regla. Siempre voy a odiar mi sensiblería de esos días, y que siempre coincida con alguna llamada de atención.
  • Quiero viajar sola. Y creo que de todas maneras se hará realidad cuando me vaya a Argentina este año. Y a Europa el próximo.
  • Quisiera que mi afición por las carteras, sombreros y pañuelos no me cueste tanto. Pero no me arrepiento por cada sol invertido. Me encanta!
  • Quisiera saber cocinar. Ok. Esto lo podré hacer realidad muy pronto.
  • Quiero no tener que esconder mi afición por los dibujos animados y las series de Disney Channel.
  • Quiero tener alguien que me acompañe a ver películas de terror al cine, y que quiera alquilar conmigo las pelis más peliagudas japonesas o coreanas que son alucinantemente terroríficas. 
  • Quiero que dejen de preguntarme cuándo me voy a casar. Y mucho más eso de tener hijos. Mi decisión por ahora es no tenerlos y probablemente lo desee así por algunos años más (unos 20 si es posible).
  • Quiero que dejen de decirme "borracha" cuando cuento que de vez en cuando me gusta tomarme una chela. Ojo, sólo me tomo una, sobre todo después de días horribles de chamba. Es una buena terapia contra el estrés.
  • Quiero un hombre que me llene de detalles y pueda dejar de esconder lo que siente por mí. Quiero que sea capaz de amarme hasta las lágrimas y de pedirme que me quede a su lado para siempre (así ese para siempre sea tan sólo un segundo). Quiero ser el mundo para alguien más que para mí misma. Ok… esto es cliché. ¿En alguno tenía que caer no? Pero lo que no es cliché es que quiero un hombre que me ame por quien soy y que no pretenda cambiarme, así como yo no pretenderé hacerlo. Lo empujaré hacia arriba, lo jalaré conmigo si subo, pero cambiarlo jamás. Es más, si lo hace lo dejaría. 

No soy del común de las chicas. Y jamás pensaré como las demás. Jamás me he muerto por no ir a un tono. La producción no va conmigo (y menos los zapatos de tacón). Pero quisiera que dejen de etiquetarnos como si todas cayéramos dentro del mismo saco. Esto de las estadísticas y estudios me tiene hinchada. Yo soy como soy y punto. Y a ver cuántas chicas más quieren lo mismo que yo. Les apuesto que la mayoría de nosotras pensamos diferente y no caemos en clichés.

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